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¿Sospechas que tu hijo podría estar enfrentándose a desafíos auditivos? La audición es un pilar fundamental en el desarrollo temprano del lenguaje y el aprendizaje, por lo que detectar cualquier signo de sordera de manera temprana es crucial. Cuando se trata de cuidar la salud de los más pequeños, especialmente en lo que respecta a afecciones del oído, nariz y garganta, es fundamental contar con la experiencia y conocimientos de un otorrino pediátrico.

Afortunadamente, existen métodos específicos y sensibles para diagnosticar la sordera infantil, incluso en las etapas más tempranas de la vida. Dar el primer paso hacia la evaluación puede abrir un camino hacia soluciones y apoyos que marcarán una gran diferencia en el desarrollo y bienestar de tu hijo.

Pruebas diagnósticas

El diagnóstico de la sordera infantil implica una serie de evaluaciones y pruebas realizadas por el otorrino pediátrico que pueden variar según la edad del niño. El objetivo es realizar una exploración temprana de la audición para identificar cualquier posible pérdida auditiva y poder intervenir de forma efectiva.

Tamizaje Auditivo Neonatal

Es una prueba que se realiza a todos los recién nacidos, idealmente antes de que sean dados de alta del hospital. Se utilizan dos métodos principales: las emisiones otoacústicas (EOA) y la audiometría de tronco cerebral (ABR). Ambas son rápidas, no invasivas y pueden realizarse mientras el bebé duerme.

Evaluación Auditiva Diagnóstica

Si el bebé no pasa el tamizaje auditivo neonatal, se realiza una evaluación auditiva diagnóstica completa. Esto puede incluir pruebas adicionales de EOA y ABR, así como otras evaluaciones dependiendo de la edad y cooperación del niño.

Audiometría Conductual

A medida que el niño crece, el otorrino peidátrico puede realizar pruebas de audiometría conductual adaptadas a su edad. Esto puede incluir el uso de juguetes o juegos para evaluar la respuesta del niño a diferentes sonidos.

Timpanometría

Esta prueba mide la movilidad del tímpano y la conducción de sonido a través del oído medio. Es útil para identificar problemas como infecciones del oído medio o acumulación de líquido, que pueden causar pérdida auditiva conductiva.